La dehidroepiandrosterona (DHEA) es una hormona esteroidea que se produce de manera natural en las glándulas suprarrenales y en menor medida en los ovarios, testículos y cerebro. Esta hormona desempeña diversas funciones fisiológicas, siendo precursora de la fabricación de estrógeno y testosterona, además de influir en el sistema inmunitario, la función cognitiva y el estado de ánimo.

A medida que envejecemos, la producción de DHEA disminuye, alcanzando concentraciones máximas en la adolescencia y juventud. Por esta razón, se ha especulado sobre la posibilidad de retrasar el envejecimiento mediante el uso de suplementos de esta hormona. Sin embargo, la evidencia científica al respecto es limitada y controvertida.

Los suplementos de DHEA se han vuelto cada vez más populares, aunque no todos los beneficios demostrados en estudios con animales pueden ser extrapolados a los humanos. La dosis óptima para obtener ventajas no está claramente definida, y la regulación de estos productos suele ser laxa en muchos países, lo que facilita su comercialización sin necesidad de receta médica.

A pesar de que la DHEA se incluye en algunos suplementos dietéticos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no ha establecido su eficacia y seguridad para diagnosticar, curar, mitigar, tratar o prevenir enfermedades. Por tanto, su uso debe ser discutido con un profesional de la salud.

En cuanto a los posibles beneficios de los suplementos de DHEA, se ha sugerido su utilidad en la mejora de la piel y el enlentecimiento del envejecimiento prematuro, la prevención de la osteoporosis, el abordaje de la depresión, el tratamiento de la infertilidad, la tiroiditis autoinmune, la insuficiencia adrenal crónica y la mejora de la sexualidad.

Sin embargo, es importante tener en cuenta los riesgos y efectos adversos asociados con los suplementos de DHEA, que pueden variar según la dosis, la duración y la salud general de la persona que los consume. Entre los posibles efectos secundarios se encuentran desequilibrios hormonales, acné, hirsutismo y el desarrollo de tumores hormonales.

Además, los suplementos de DHEA pueden interactuar con otros medicamentos, lo que requiere precaución y supervisión médica. Por tanto, es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier régimen de suplementos con DHEA, especialmente en grupos de riesgo como embarazadas, personas con trastornos hepáticos o enfermedades glandulares, entre otros.

En resumen, los suplementos de DHEA pueden ofrecer beneficios potenciales, pero también conllevan riesgos y efectos adversos. Antes de considerar su uso, es fundamental informarse adecuadamente, consultar con un profesional de la salud y evaluar los posibles riesgos y beneficios en cada caso particular.