Los resfriados no tienen cura; sin embargo, puedes tomar algunos medicamentos y remedios que ayudan al manejo de sus síntomas. ¡Descúbrelos!
Congestión nasal, tos, estornudos, goteo nasal, irritación de la garganta… al contraer un resfriado sueles experimentar estos y otros síntomas que limitan tus actividades diarias. Por eso, una vez sospechas de la infección, es frecuente que te preguntes qué tomar para detenerlo o aliviarlo. Medicamentos, remedios caseros y soluciones de hidratación oral son algunas de las opciones.
Última actualización: 13 agosto, 2024
Pero, ¿qué es más eficaz? Lo primero que has de saber es que no existe como tal una cura para el resfriado. Su tratamiento farmacológico abarca desde analgésicos de venta libre hasta descongestionantes nasales, antitusígenos, antihistamínicos y expectorantes. Estos no pueden eliminar el virus que causó la infección, pero sí ayudan a su manejo sintomático para que sea más llevadera.
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De modo complementario puedes probar con bebidas calientes y otras preparaciones caseras que también resultan reconfortantes. Para resolver todas tus dudas al respecto, a continuación, te contamos con más detalle lo que puedes tomar, lo que no, y qué más puedes hacer para sentirte mejor.
Medicamentos que puedes tomar para el resfriado
Los medicamentos de venta libre para el resfriado suelen ser la primera línea de tratamiento contra esta infección. Aptos para adultos y niños mayores de seis años, contienen principios activos cuya finalidad es proporcionar alivio a síntomas como la congestión nasal, la tos, los estornudos, la garganta irritada, la fiebre y otros.
Sus efectos suelen ser modestos y temporales; aun así, pueden hacerte sentir más cómodo mientras tu sistema inmunitario combate el virus. Debes tener en cuenta que algunos fármacos específicos para el resfrío tienen dos o más ingredientes; si optas por estos, asegúrate de leer las etiquetas para cuidarte de no exceder la dosis sugerida por medicamento. ¿Cuáles son las opciones?
Analgésicos de venta libre
Si el resfriado transcurre sin complicaciones, tanto el paracetamol (acetaminofén) como el ibuprofeno suelen ser efectivos para el alivio de la fiebre, el dolor de garganta y los dolores corporales. Aunque en cierta medida también resulta útil la aspirina, es menos recomendable por el riesgo de efectos secundarios.
La dosis y frecuencia de consumo varían de acuerdo a la edad, al peso y otros factores; es preferible establecerlo con el médico. Aun así, las recomendaciones generales son las siguientes:
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- Paracetamol: de 500 a 1000 miligramos (mg) cada 6 u 8 horas, sin exceder los 4000 mg al día.
- Ibuprofeno: de 200 mg a 400 mg cada 6 u 8 horas, sin superar los 1200 mg a 2400 mg al día.
En los niños es necesario ajustar la dosis de acuerdo a las indicaciones del envase. Hay marcas de estos medicamentos con presentaciones dirigidas a los menores. Consulta siempre las indicaciones, antes de suministrarlo.
Los analgésicos de venta libre no pueden aliviar la tos o la congestión nasal. Su uso simultáneo está desaconsejado, a menos que el médico lo indique. Su combinación incrementa el riesgo de reacciones adversas como el daño hepático y los problemas gastrointestinales.
Descongestionantes
Los descongestionantes nasales para el alivio del resfriado más utilizados suelen ser la pseudoefedrina y la fenilefrina. Ambos actúan al contraer los vasos sanguíneos en las vías respiratorias, lo que permite disminuir la congestión.
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Están disponibles en forma de tabletas, cápsulas y espráis nasales. Las dosis típicas son las siguientes:
- Tabletas y cápsulas: de 30 mg a 60 mg para pseudoefedrina o de 10 mg a 20 mg para fenilefrina cada 6 u 8 horas (revisar la etiqueta del producto).
- Espráis nasales: de 1 a 2 pulverizaciones por fosa nasal, cada 4 o 6 horas. Estos no deben emplearse por más de 4 días seguidos porque puede generarse una congestión de rebote.
Precaución: los descongestionantes orales pueden tener efectos secundarios como un aumento de la presión arterial y alteraciones del sueño. Deben usarse con sumo cuidado.
Antitusivos
Si el resfriado se manifiesta con tos seca y no productiva (es decir, que no produce moco), se puede considerar el uso de antitusivos como el dextrometorfano. Dado que actúa en el cerebro para reducir el reflejo de la tos, proporciona alivio de este incómodo síntoma. Suele distribuirse en tabletas, jarabes y cápsulas.
- Jarabes: de 10 mg a 20 mg cada 6 u 8 horas, sin exceder los 120 mg al día.
- Tabletas y cápsulas: de 10 mg a 30 mg cada 6 u 8 horas.
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No se debe administrar si hay tos productiva (con moco), pues esta es una respuesta natural del cuerpo para eliminar secreciones de las vías respiratorias. También están contraindicados en pacientes con enfermedades hepáticas y con afecciones respiratorias graves (asma severa, bronquitis crónica o enfisema).
Antihistamínicos
El tratamiento del resfriado puede incluir antihistamínicos como la loratadina, la cetirizina y la difenhidramina. Su propósito es calmar síntomas como la secreción nasal, los estornudos excesivos y la picazón de la garganta y los ojos. Pueden encontrarse en jarabes, tabletas y cápsulas.
- Loratadina y cetirizina: se catalogan como antihistamínicos de segunda generación. La dosis sugerida es de 10 mg al día.
- Difenhidramina: un antihistamínico de primera generación. Se administra en dosis que varían de 25 mg a 50 mg cada 6 horas, sin exceder los 300 mg al día. Provoca somnolencia, por lo que debe evitarse su uso antes de actividades que requieren atención.
La evidencia sugiere que los antihistamínicos tienen efectos beneficiosos a corto plazo (primer y segundo día de tratamiento) sobre la gravedad de los síntomas del resfriado, pero no a medio o largo plazo.
Expectorantes
Son útiles en casos de tos productiva. Proporcionan alivio al disminuir la mucosidad de las vías respiratorias. Un ejemplo común es la guaifenesina, que diluye el moco y facilita su expulsión a través de la tos.
Está disponible en tabletas, cápsulas y jarabes. Se recomienda acompañar su ingesta de abundante líquido para ayudar a fluidificar las secreciones.
- Guaifenesina: la dosis varía de 200 mg a 400 mg cada 6 horas, sin exceder los 2400 mg al día. En niños menores de 12 años, es importante ajustar la dosis con ayuda profesional.
Remedios caseros para aliviar el resfriado
Los remedios caseros para el resfriado suelen emplearse como complemento para el tratamiento médico. Su consumo no solo proporciona alivio temporal de los síntomas, sino que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y promueven un proceso de recuperación más rápido.
Algunos de los más populares son los siguientes:
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- Caldo de pollo. Utilizado por su efecto reconfortante. Proporciona líquidos y nutrientes que ayudan a la recuperación.
- Miel de abejas. Sola, en tés o jarabes caseros, se usa para reducir la irritación de la garganta y la tos.
- Pastillas o caramelos para chupar. Contienen mentol o eucalipto, ingredientes útiles para calmar la tos y la irritación de la garganta.
- Gárgaras con agua salada. Recomendadas para disminuir la inflamación y el dolor de garganta.
- Infusión de jengibre. Se recomienda para reducir la irritación y el dolor de garganta, la congestión y el malestar general.
- Propóleo. Tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas que favorecen el alivio de los síntomas del resfriado, en especial la tos y el dolor de garganta. Disponible en pastillas y jarabes.
Soluciones de hidratación oral para el resfriado
A la hora de querer aliviar un resfriado no debes olvidar tomar soluciones de rehidratación oral. En este contexto, tienen varios propósitos; por un lado, ayudan a reponer líquidos y mantienen el equilibrio de electrolitos como el sodio y el potasio. Esto es relevante porque durante el resfriado el cuerpo tiende a la deshidratación, ya que pierde líquidos a través de la fiebre, la sudoración y las secreciones.
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Por otro lado, contribuyen a la hidratación de las membranas mucosas, lo que ayuda a disminuir síntomas como la tos y el dolor de garganta. En cierta medida también ayudan a un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario, promoviendo una recuperación más rápida.
¿Cuáles son las opciones?
- Soluciones de hidratación oral comerciales: disponibles en forma líquida, en gelatinas o en polvo para preparar. Están formulados para reponer líquidos y electrolitos.
- Suero casero: aunque son preferibles las opciones comerciales, también puedes hacer suero oral casero a partir de agua, sal y azúcar. Para ello, diluye media cucharadita de sal (1,5 gramos) y cuatro cucharadas de azúcar (40 gramos) en un litro de agua tibia. Consume