¿Qué es la sedestación y cómo ayudar a tu bebé a adquirirla?

La sedestación es uno de los grandes logros del bebé durante su primer año de vida. Tiene que ver con la capacidad para mantenerse sentado, sin ayuda. La sedestación hace referencia a la capacidad del bebé para sentarse y mantenerse en esa posición. Desarrollar esta destreza no solo constituye un gran logro, sino que también es un hito fundamental para su desarrollo normal.

Lo usual es que el pequeño comience a sentarse hacia los tres meses de vida. Una vez nota que puede hacerlo, insiste para que lo coloquen en esa posición. Al comienzo no logra sostener su cuerpo por completo, pero poco a poco lo consigue.

En la mayoría de los casos, completa la sedestación a los seis meses. A esa edad ya consigue sentarse por sí solo sin ayuda de los padres. También puede mantener la cabeza erguida y, si cae y queda acostado, podrá volver a la posición original de manera autónoma.

¿Qué es la sedestación?

La sedestación es el proceso por el cual un bebé aprende a sentarse por sí solo y a conservar esa posición a voluntad, sin necesidad de ayuda. Esto suele ocurrir de forma paulatina, por lo que los padres no deben apresurarse, sino más bien tener paciencia.

Es importante destacar que cada niño lo desarrolla de forma diferente. Por eso, aunque algunos lo completan a los seis meses, no es raro que otros lo hagan a los nueve meses. En esto influye mucho la estimulación que reciba el pequeño.

Dicho lo anterior, tampoco es conveniente que se presione al niño para que alcance la sedestación: esto debe darse de manera natural. Si bien se le puede ayudar y animar, resulta contraproducente obligarlo. Es conveniente prestar atención a su postura para prevenir posibles desviaciones de cadera o de columna.

El proceso comienza cuando el bebé, poco a poco, aprende a levantar su propia cabeza. Esto hace que los músculos de su cuello se vuelvan más fuertes. Luego, logra sentarse con la ayuda de un adulto, pero enseguida se cae. De manera gradual, va consiguiendo la sedestación.

Señales de que el bebé ya está listo para sentarse

La sedestación es un importante hito en el desarrollo y se produce de manera espontánea. Por eso, es importante estar atentos a las señales de que el bebé ya está preparado para dar este importante paso.

Lo primero que se debe tomar en cuenta es que él es quien debe tomar la iniciativa. Por supuesto, no intentará sentarse de una vez. Después de que logra controlar su cabeza, lo normal es que comience a girarse boca abajo, cuando está en posición boca arriba.

También intentará incorporarse cuando está en su sillita. Posterior a esto, intentará sentarse, de manera cada vez más insistente. Lo idóneo es apoyarlo con cojines o superficies suaves cuando lo logre. Esto le da más sostén y seguridad.

¿Cómo ayudar al bebé a adquirir la sedestación?

Un bebé solo alcanza la sedestación cuando los músculos de su cuello y de su espalda son lo suficientemente fuertes. En ese fortalecimiento muscular, los padres sí que pueden ayudar con estímulos que faciliten ese proceso.

Hay algunas acciones recomendables, que —nunca está de más decirlo— deben realizarse con cuidado y suavidad. Son las siguientes:

  • Acostarlo bocabajo. En cualquier momento intentará girarse, de manera repetida. Esto ayudará a que fortalezca sus músculos.
  • Actividades en el suelo. Se puede tender una manta o una alfombra y poner juguetes cerca. Él intentará alcanzarlos y así hará giros y fortalecerá su musculatura.
  • Actividades sentado. Consiste en sentar al bebé con cojines o almohadas de respaldo y poner juguetes cerca. Como en el caso anterior, él intentará alcanzar esos objetos y este ejercicio lo beneficiará mucho.
  • Sentado en el regazo. Se le debe sostener por la espalda y luego probar a soltarlo por unos segundos. Es posible que logre mantener el equilibrio, cada vez por más tiempo.

Beneficios de la sedestación

La sedestación es uno de los procesos vitales para el desarrollo de la columna y de la postura del bebé. Con ello, el pequeño consigue adoptar una posición en contra de la gravedad, lo que supone una gran conquista.

Además, esto incrementa su autonomía y le permite adquirir una perspectiva diferente del mundo que lo rodea. De paso, incrementará su curiosidad y empezará a desarrollar sus habilidades de equilibrio.

Otros beneficios de la sedestación son los siguientes:

Recomendaciones finales

Si los padres notan que el niño no intenta girarse, y mucho menos sentarse, es buena idea consultarlo con el pediatra. Lo mismo ocurre cuando pasa de los nueve meses y aún no logra la sedestación. Es posible que necesite de una ayuda extra para lograrlo.

Hay que entender que el desarrollo del bebé es gradual. Por eso, incluso cuando ya ha alcanzado la sedestación, no es conveniente que se mantenga sentado por mucho tiempo en aparatos que limiten su movilidad. Es muy importante velar porque adopte posturas correctas.

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